La piloto, en plena enfermedad de Lyme, acude al Dakar sin presiones ni objetivos más allá de poder terminar
BARCELONA, 31 (EUROPA PRESS)
La piloto Laia Sanz ha reconocido que acude al Rally Dakar 2021, que empieza el 3 de enero en Yeda (Arabia Saudí) y termina el día 15 en la misma ciudad, sin poder haber hecho los “deberes” previos debido a la enfermedad de Lyme y a que su cuerpo no “seguía” el ritmo que ella quería imponerse, por lo que intentará terminar su undécima cita dakariana y poder ir de menos a más si las fuerzas le responden.
“Es el Dakar más complicado de inicio, porque a las otras ediciones llegaba con los deberes hechos y ahora siento que no he hecho los deberes. Pero tengo la conciencia muy tranquila, porque no ha sido por falta de ganas”, aseguró en una entrevista a Europa Press.
Sanz, que empezará este Dakar sufriendo aún las consecuencias de la enfermedad de Lyme –de la que se contagió tras el confinamiento por la picadura de una garrapata–, cree no obstante que ha hecho todo lo posible para llegar al Dakar en condiciones.
“Cuando es algo que no controlas, no puedes enfadarte. Me moría de ganar de ir en moto y entrenar, pero mi cuerpo no me seguía. Dentro de lo que ha pasado, he hecho lo que he podido. Veremos qué sale de todo esto”, auguró la catalana, que tiene el objetivo de terminar, por undécima vez consecutiva, un Rally Dakar.
Ahora, a escasos días de empezar la aventura, reconoce estar mejor. “Comparado con los meses anteriores estoy mejor, pero no estoy como me gustaría estar antes de un Dakar. Pero ha ido así y estoy ya más contenta de cada vez encontrarme mejor”, manifestó, si bien cree que el Lyme es peor que la Fiebre Q y la mononucleosis que sufrió en 2019.
“Asumo que empezaré el Dakar con el Lyme y habrá que ver cómo reacciona el cuerpo a los esfuerzos. Lo único que espero es no empeorar durante el Dakar, eso sí sería complicado. Espero poder ir haciendo, y ver cómo reacciona el cuerpo. Llevo dos años con lesiones, con la fiebre Q y la mononucleosis y ahora el Lyme, años con poca continuidad y voy a sufrir mucho más ahora que entonces. Por eso no quiero hablar de objetivos”, manifestó.
Sin esa presión, y la “incertidumbre” de no saber cómo responderá su cuerpo, cree que acabar sería “un gran éxito”. “Si acabo, querría decir que he disfrutado y que las cosas han ido bien. Si acabo, querrá decir que he tenido la suficiente fuerza como para dar gas. Lo que quiero es no ponerme presión, porque sé lo que he sufrido”, se sinceró.
“A lo mejor, algún día me encuentro bien y puedo apretar y al día siguiente tengo que aflojar porque no puedo. Es la incógnita con la que voy. A lo mejor me voy encontrando mejor y puedo ser más ambiciosa, pero habrá que verlo porque ni yo sé cómo voy a estar”, reiteró la piloto de GasGas, que recupera el patrocinio de KH7.
Además, por su cabeza pasa hacer el cambio a la modalidad de coches. De momento, probará en la nueva Extreme E –coches eléctricos– a la espera de poder recibir alguna oferta interesante para ese cambio, en un futuro, de las dos a las cuatro ruedas.
“No sé cuántos Dakar voy a hacer más en moto, si saldrá algo interesante en coches o no, y la verdad es que quiero pensar en esta Dakar 2021 y que pueda más o menos resistir. No pienso en si va a ser el último o no, pero claro que me encantaría que el último Dakar en moto, cuando sea, me dejara un buen saber de boca”, apuntó.
“No sé si será mi último Dakar en moto, dependerá de todo. Habrá que ver si salen cosas interesantes para el futuro. Ahora pienso en la moto, pero si salen oportunidades, llevaré once Dakar y empiezo a pensar en los coches como algo más cercano”, concluyó.
- Te recomendamos -